El derecho a contagiar

Ya que estamos todos confinados por culpa del CoViD19, permítanme retarles a realizar un pequeño ejercicio filosófico. Total, es una forma de pasar la tarde tan buena como estar intentando compartir memes censurados de WhatsApp, sea por Newtral o Maldita.es (por cierto, este blog ha sido censurado por facebook, yo lo dejo caer).

¿Existiría algún supuesto moral en el que se pudiese defender como moralmente bueno el derecho a contagiar a terceros? Supongo que muchos lectores a estas alturas (y no llevamos ni dos párrafos) ya se habrá apresurado a establecer que no, en ningún caso.

No voy a juzgar esa postura, me parece legítima, como todas. Pero ojo, porque, posiblemente, éste va a ser el debate moral de los próximos meses, quizá años.

Permítanme formular la pregunta de nuevo, llevándola a lo esencial: ¿deben los fuertes tener la obligación legal de cuidar de los débiles? La obligación moral, ateniéndonos a la mayoría de religiones monoteístas (menos al Islam), o a los estándares de ética hegemónicos en Occidente, parece evidente que existe, y subyace en todos los ciudadanos.

Pero para los que estamos acostumbrados al debate político sobre una base liberal, de la moralidad a la legalidad hay un trecho complicado de recorrer. Parece evidente que no es muy moral abandonar a tu esposa (o esposo) pero, ¿debe ser ilegal hacerlo? ¿Y el aborto? ¿es, desde algún punto de vista, moral? ¿Vivimos en una sociedad en que el aborto esté ilegalizado?

Lo moral no tiene porqué ser legal, ni, y esto es mucho más importante, la legalidad marca la moralidad.

A estas alturas, puede parecer que aborto y contagio por CoViD19 están relacionados muy tangencialmente, pido al lector la indulgencia de darme un poco de cancha para explicarme. Y lo primero que quiero hacer es repetir algo que seguro que el lector ya sabe, pero que es algo que me gusta escribir y decir:

El confinamiento no es un tratamiento médico contra la gripe por CoronaVirus.

Lo voy a repetir, que me hace ilusión:

El confinamiento no cura el CoronaVirus.

Porque sinceramente, a estas alturas, y vista la gestión del gobierno de esta crisis, parece que decir lo evidente es revolucionario:

El confinamiento es una medida para evitar que se saturen los servicios de cuidados intensivos, que no están dimensionados para una enfermedad con este índice de contagio.

¿Se imaginan que un amigo suyo les pidiera que entretuviesen a la esposa de éste en el recibidor de su casa para que a él le diese tiempo de asear el dormitorio, desordenado después de una noche de pasión con su amante? Por que eso es bastante equivalente a lo que pretende el Gobierno. Todos los años, la gripe estacional ataca a mayores y personas sensibles, mandándolos a las UCIs de nuestros hospitales (y todos los años Urgencias y Cuidados Intensivos se saturan, por cierto) (ah, y por cierto también, gripes por CoronaVirus pasamos todos los años, suponen algo así como el 15% de los “trancazos”, y sin duda hubo un CoViD18, CoViD17 y anteriores).

Eh, y esta metáfora la hago suponiendo ineptitud y estupidez antes que maldad, que suele ser más certeras, porque si estamos ante un ejercicio de desestructuración programada de la sociedad y economías españolas, para propiciar que venga un régimen totalitario en nuestro país, (y con él la destrucción del potencial económico de Europa) ya estaríamos hablando de algo muy grave, que sobrepasa los términos de la Alta Traición, con todas sus consecuencias. Siempre me parecerá sospechoso que esté afectando principalmente a los eslabones más débiles de la cadena del euro.

Si la Seguridad Social siguiese siendo un seguro, obligatorio y subvencionado por el Estado, pero un seguro, como lo fue para nuestros mayores, no sería difícil consultar la póliza en sus condiciones de servicio, en el apartado de gripes, y saber hasta qué índice de contagio nos cubre obligatoriamente, y a partir de cual ya no se hace responsable. Como no hay tal cosa en nuestra Sanidad, y se ha partido de dejar que la población se autoengañase con el bálsamo de la Universalidad y Gratuidad del servicio, pues es evidentemente un topetazo contra un muro descubrir no solo que esa Universalidad no existe y tiene límites, sino que ese topetazo además es de los que hacen sangrar y llorar.

En este articulo expongo mi opinión respecto a la sanidad Pincha aquí

Y es que la razón del confinamiento no es otra que la de evitar que, dada la elevada propagación de esta enfermedad, y lo limitado de las camas hospitalarias, se llegase al escenario en que no se pudiese hospitalizar a todos los enfermos, y, peor aún, que se tuviese que discriminar el tratamiento en función de criterios como la viabilidad del paciente. Cosa que, de todos modos, ha sucedido.

Si hubiesen habido diez veces más UCIs, no habría habido confinamiento.

Lo voy a repetir, que me hace ilusión otra vez:

Si hubiesen habido diez veces más UCIs, no habría habido confinamiento.

Nuestros descendientes, que habrán de pagar NUESTRA deuda, juzgarán si obramos correctamente. Si la ruina, las familias en paro, los hijos abortados y los que no nacerán por culpa de la crisis que viene, los suicidios (casi diez al día en España, siempre me “gusta” dar ese dato, para que la gente tenga perspectiva de la proporcionalidad mediática de nuestros medios de comunicación) si, en definitiva, por hablar de números, las muertes que salvamos compensarán las que se producirán por las medidas adoptadas para cubrir la ilusión que vivíamos.

¿Alguien duda de que, también este año, están habiendo muertes por gripe común? ¿cuantas están siendo? ¿qué porcentaje de muertes son "normales"? ¿cuántas vidas le va a costar a la sociedad cada muerte "extraordinaria"?

Todos los esfuerzos que se están haciendo (perder nuestra economía por no salir de casa) y los que se deberían hacer*, van encaminados en salvar un número determinado de vidas.

¿Alguien me sabría decir a partir de qué número se hacen obligatorias medidas para evitar el contagio en zonas públicas? Porque ni por la gripe común, ni por la aviar, ni por el SARs, ni por el ébola se tomaron. ¿es al final, realmente, una cuestión de números? ¿CUANTO?

Ya se lo digo yo: En realidad, no lo es. El Gobierno debe informar del índice de contagio que nuestro Sistema Sanitario es capaz de digerir, ya que según ello nos cobra la póliza (Ud. lo conoce como cuota de la SS). Y debe informar del índice de contagio de cada patología, especialmente cuando sobrepase ese índice (vamos lo que viene en la cartera de servicios cubiertos, cambio de sexo sí, dentista no, gripe por encima de un índice de contagio del 1,5 % tampoco). Y con la información, deberemos, bien reclamar la formación para medidas excepcionales de asepsia, bien tomar libremente nuestra propia decisión de cómo lidiar con la excepcionalidad. Y es que tenemos derecho a salir de casa acatarrados, aunque exista gente que no pueda soportar un catarro, porque tiene leucemia, por ejemplo. Los fuertes tienen la obligación moral de llevar mascarilla si uno de sus compañeros de trabajo está enfermo. Pero no puede existir la obligación legal de que todos nos ciñamos a la situación médica del más débil de todos nosotros. Podemos estar obligados, por una mutualización, sanitaria o social, a proporcionarle los medios para sobrevivir, pero no a someternos a que pueda ir en el autobús tranquilamente sin miedo al contagio por que el resto hemos de llevar una burbuja puesta. Ya sabemos qué es y a dónde lleva el que nadie pueda ir en coche hasta que haya coches para todos.

Y respecto de la pregunta del principio, si Ud. supiese que en este momento, hoy, si se contagia su hijo pequeño, existen los medios de tratamiento, las medicinas y la atención requerida para salvarle, y la semana que viene no, ¿esperaría o lo llevaría a una “fiesta del sarampión”?

Vaya. Quién lo iba a decir.



*  Hacen falta tests y más tests para sacar de la parrilla a los que van esparciendo la enfermedad totalmente asintomáticos, esta enfermedad hace mucho que se sabe que funciona así). Realizar test a todas aquellas personas en contacto con mayores, y darles información y formación para que practiquen una asepsia suficiente cuando tengan que estar en contacto con ellos. Y bueno reconocer el trabajo de los profesionales que realmente están al pié del cañon, y no se han cogido baja para escaquearse de todo este marrón, tampoco estaría mal.