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Mostrando entradas de 2019

Reunificación Hispano-Americana

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La España de la Generación del 98 vivió marcada por el golpe moral e intelectual que supuso ser conscientes del fin de España como hegemonía mundial. Parece que el sentimiento de pérdida es algo connatural a la España contemporánea. Incluso hoy en día, por hacer un paralelo, una década después de la crisis del 2008, nos acompaña la nostalgia de lo que llegamos a ser y, más importante, de lo que se vislumbraba que podíamos ser. España como eje de Europa y recuperando una posición, no hegemónica, pero sí importante en el tablero mundial. Quizá por ello, de esa añoranza por una España relevante, al principio como consuelo antiguo de las pérdidas recientes, ha aparecido en el discurso político español el sueño de la reunificación hispanoamericana. No voy a denominarlo imperio, para estos tiempos esos conceptos ya no caben, pero todos sabemos a lo que me estoy refiriendo: Una España constituida, no como federación o unión de países, sino como una nación común, con gran parte d

Recentralizar los servicios sociales

Afortunadamente, ha vuelto al debate la recentralización de muchos servicios públicos, y lo que es mejor, se empieza a abrir la puerta a eventuales mecanismo liberales como el cheque escolar o la póliza sanitaria. El estado garantiza, pero no tiene porqué proveer. Son servicios fundamentales, sí, pero no quiero dejar pasar la oportunidad de apuntar a otro servicio, más sensible si cabe, y más atomizado en su dispensación si cabe. Se trata de los Servicios Sociales. Y no se engañen, posiblemente son los servicios en los que más falta hace que haya menos Estado. Actualmente, no hay Administración, por pequeña que sea, que no tenga su correspondiente área al respecto y multitud de legislación, ordenanzas y directivas al respecto. El resultado, desde unas fuentes o desde otras, hay demandantes de ayudas que acumulan dádivas que elevan sus ingresos varios órdenes por encima de lo que un trabajador estándar, de los que se levanta a las seis de la mañana y trabaja a lomo calie

Primero el aborto – Luego la familia

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Quiero escribir este artículo abordando uno de los temas más sensibles y que, en muchos aspectos, más puede dividirnos a los liberales. Cuando estás en un ambiente conservador, ayudar a las familias, lo que básicamente se suele traducir en la potenciación de la natalidad (cuando no en la proletarización de la sociedad, pero ése es otro tema) suele ser un discurso muy paralelo al del aborto. Y ése es un error en el que los conservadores suelen caer muy a menudo (y no lo digo en un único sentido, tradicionalmente suelen ser las mujeres de ámbitos conservadores las que con mayor frecuencia acaban recurriendo a esta práctica), el error de pensar que, con ayudas a las familias, el aborto caería. Y no tiene nada que ver una cosa con la otra. Por supuesto, desde ambientes progresistas, la contradicción es aún más sangrante, el aborto se presenta como la solución a una carrera profesional y a una independencia económica que “liberaría” a la mujer… de ser mujer. Amputar la mater